
El Gobierno utilizará las agresiones a Javier Milei para desviar el foco del Karinagate.
El Gobierno utilizará las agresiones a Javier Milei como estrategia para desviar la atención del escándalo Karinagate y culpar al kirchnerismo. El reciente ataque a la caravana presidencial se convertirá en un tema central de la campaña electoral, permitiendo al oficialismo cambiar el enfoque de las acusaciones de coimas hacia un discurso sobre la supuesta “violencia kirchnerista”.
Este incidente, que involucra al hermano de Milei, proporcionó al Gobierno una oportunidad para cambiar la agenda política en un momento clave de la campaña. La filtración de audios comprometedores había puesto en aprietos al partido Libertad Avanza, sin embargo, el ataque a la comitiva presidencial les ha dado un nuevo tema sobre el cual hablar y atacar al kirchnerismo. A pesar de la incertidumbre sobre el curso legal de este caso, el oficialismo se propone dejar de lado las acusaciones de corrupción para enfocarse en la “violencia kirchnerista” en la recta final de las elecciones en la provincia de Buenos Aires.
El Gobierno, a través del portavoz Manuel Adorni, destacó en una conferencia la presunta manipulación de la información sobre el incidente, rechazando categóricamente cualquier vínculo con los presuntos actos ilícitos. Este cambio de narrativa busca desviar la atención de los asuntos internos del partido y concentrarse en difamar al kirchnerismo, utilizando el ataque a Milei como palanca para hacerlo. La estrategia comunicacional del oficialismo pretende dar por zanjado el escándalo de las coimas y enfocar la conversación pública en la violenta agresión sufrida por el mandatario.