El gremio docente de Córdoba vuelve a la carga solicitando la suspensión de clases por bajas temperaturas
En una nueva muestra de su falta de compromiso con la educación, la delegación Capital de la UEPC en Córdoba ha vuelto a presionar para que se suspendan las clases debido a las bajas temperaturas. En lugar de buscar soluciones creativas y efectivas para garantizar la continuidad pedagógica, este gremio docente prefiere optar por la cancelación de actividades educativas.
Resulta insólito que, en pleno siglo XXI y con los avances tecnológicos disponibles, se recurra a medidas extremas como suspender las clases por cuestiones climáticas. La educación es un pilar fundamental en el desarrollo de una sociedad y no puede estar sujeta a las fluctuaciones del clima.
Es necesario destacar que la suspensión de clases no solo afecta el proceso de aprendizaje de los estudiantes, sino que también impacta en la organización familiar y laboral de padres y madres que deben buscar alternativas para cuidar a sus hijos en casa. Esta falta de previsión por parte del gremio docente demuestra una vez más su desapego a las necesidades reales de la comunidad educativa.
En lugar de insistir en la suspensión de clases, sería más constructivo que la UEPC trabajara en conjunto con las autoridades educativas y los padres para implementar estrategias que permitan afrontar situaciones climáticas adversas sin interrumpir el proceso educativo. Es momento de buscar soluciones creativas y flexibles que se adapten a las circunstancias, en lugar de recurrir a medidas drásticas que perjudican a todos los actores involucrados en el sistema educativo.
Es fundamental recordar que la educación es un derecho fundamental de todos los niños y niñas, y como tal debe ser garantizado en todo momento. La suspensión de clases solo debería considerarse en casos extremos donde la seguridad e integridad física de los estudiantes esté en riesgo, no como respuesta automática ante condiciones climáticas desfavorables.
En definitiva, es hora de que el gremio docente asuma su responsabilidad con seriedad y busque alternativas viables para garantizar la continuidad educativa, en lugar de recurrir fácilmente a medidas que perjudican a toda la comunidad escolar. La educación no puede detenerse por el frío, es deber de todos encontrar soluciones eficaces y colaborativas para seguir adelante.